viernes, 3 de junio de 2011

* tan joven



viene descendiendo, simple y llanamente
frente a las monturas de tu piel..
viene entre cálidos murmullos
entre alas de luces, luciérnagas oscuras,
la noche  
y se cuelga en abanicos.

 en tus ojos oscuros,
los sentidos en laberintos.
el cuerpo se vuelve brasa
enigma en las fogatas que en las manos cargas
encendido te levantas...
tus ojos tan oscuros se vuelven agua.
 se pueblan, destellan...se avorazan
los caminos en tu piel
 se vuelven largos y anchos..
y son de terciopelo, las piernas delgadas y largas,
que a tu cadera se amarran

En tu nariz recta, veo caminar la boca
bajando minúscula en besos
disfrazados y efimeros como velos...
detrás de la boca
baja la yema de los dedos.
entre suspiros y anhelos,
abierto a medias, en el montículo rojo
 las yemas de los dedos
 acarician invandiendo,
luego sutilles se detienen.

Viene descendiendo la noche
se queda trepada en la mirada,
el sol se esconde detrás de tu cuello.
No hace mucho que te has hecho hombre
en ti retoza la vida.
jovenes tus hombros...tus brazos...tus piernas,
tan joven como es el vientre..como es tu sexo,
tan joven como son tus ojos y las miradas,
tan joven como nace a la vida.

Y por la línea de la quijada
los labios caminan a besos.
abierta la boca deja que se asomen ajenos
los labios de otra boca,
tu pelvis se enardece cuando siente
el camino de la lengua entre los labios que se aflojan.
los sabores se combinan..se comen los susurros...
sobre tu cuerpo, el cuerpo de otra,
sobre tu piel otra piel se frota.

Son las mantas blancas que cubren el momento
blancas las que se mojan..sobre las que retozan,
blancas a las que tus dedos se amarran
y el cuerpo ajeno te cabalga
tus manos toman vida propia,
los dedos se mueven mientras ella se moja.
humedecidos los dedos son un llamado que arde.
ambos jinetes...sobre las mantas blancas.

La luna se viene colgado en el postigo de la ventana.
les pone sellos azules  sobre el cuerpo.
ella duerme. Tú, reflexionas.
entre la luz la noche se marcha,
lenta y efimera como el tiempo,
solo queda la luna que quiere envidiosa
enamorarse en tu piel dorada.

La mañana se mete en tus ojos,
las mantas blancas sobre el suelo
tus piernas desnudas...desnudas como tu cuerpo.
a tu lado nada...solo un sueño...

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