Me llaman calle....
y soy como esas baldosas
llenas de agua,
el tiempo, sobre mi piel,
dejó morenas sus pisadas largas,
huellas oscuras de tanto sol,
en el ceño pintadas las horas frías
las mejillas caídas de tanta luz
Me llaman calle, porque quieran o no,
en mi, todos caben.
Soy y me llaman calle
las historias cuelgan en los balcones,
se vacían las lámparas de tanto alumbrar
ya no se escucha por las esquinas.
aquella voz que canta el sereno.
Calle llagada, empedrados ruinosos,
boquetes en las banquetas, árboles muertos...
cae la nieve, el sol la vuelve nada...
y en los arroyuelos que a veces corren
ya no van flotando, de papel barquitos
pies desnudos y pequeñitos..
pies descalzos y menuditos
ya no bajan corriendo
detrás de esos barquitos
ya no hay mallates amarrados en hilos,
ni papalotes en ráfagas altas
manchando de mil colores el cielo azul
ya no hay bullicio, ni griterio
ya no juegan con la pelota...
ni al mamaleche, o a las canicas..
ni que decir de aquellos trompos
o del balero...ya no bullicio,
los niños dentro pierden sentido.
Me llaman calle,
en mi montado, va cerniéndose el tiempo,
llegan las primaveras y después se van..
los otoños me visten de amarillo intenso
y el crudo invierno dejó de nevar.
a veces, sobre mis piedras llora el cielo,
a veces, se pone rabioso contra mi, el sol...
me llaman calle, porque
todos solían venirme a caminar.
me llaman y asi como me llaman
suelo ser recorrida
y de tanto andar
dejo de estar presente, soy invisible
nadie detiene sus pasos, en este pasar
la vida imperiosa, arrastra los cuerpos
y yo sigo estando, para quién quiera llegar..
y soy como esas baldosas
llenas de agua,
el tiempo, sobre mi piel,
dejó morenas sus pisadas largas,
huellas oscuras de tanto sol,
en el ceño pintadas las horas frías
las mejillas caídas de tanta luz
Me llaman calle, porque quieran o no,
en mi, todos caben.
Soy y me llaman calle
las historias cuelgan en los balcones,
se vacían las lámparas de tanto alumbrar
ya no se escucha por las esquinas.
aquella voz que canta el sereno.
Calle llagada, empedrados ruinosos,
boquetes en las banquetas, árboles muertos...
cae la nieve, el sol la vuelve nada...
y en los arroyuelos que a veces corren
ya no van flotando, de papel barquitos
pies desnudos y pequeñitos..
pies descalzos y menuditos
ya no bajan corriendo
detrás de esos barquitos
ya no hay mallates amarrados en hilos,
ni papalotes en ráfagas altas
manchando de mil colores el cielo azul
ya no hay bullicio, ni griterio
ya no juegan con la pelota...
ni al mamaleche, o a las canicas..
ni que decir de aquellos trompos
o del balero...ya no bullicio,
los niños dentro pierden sentido.
Me llaman calle,
en mi montado, va cerniéndose el tiempo,
llegan las primaveras y después se van..
los otoños me visten de amarillo intenso
y el crudo invierno dejó de nevar.
a veces, sobre mis piedras llora el cielo,
a veces, se pone rabioso contra mi, el sol...
me llaman calle, porque
todos solían venirme a caminar.
me llaman y asi como me llaman
suelo ser recorrida
y de tanto andar
dejo de estar presente, soy invisible
nadie detiene sus pasos, en este pasar
la vida imperiosa, arrastra los cuerpos
y yo sigo estando, para quién quiera llegar..
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