lunes, 15 de agosto de 2011

me vuelan


me vuelan las manos
sintiendo el sonido Mozart.
 Me llevan mas allá de las frías olas,
 entre rocosas playas.
 Me exhortan en los ojos
y éstos conmovidos se acercan a los puertos.
 Sobre la mar que se une al cielo,
 hay aves que graznan.
Mi cuerpo sobre aquel sillón me guarda.
Y Mozart me lleva a los recuerdos que aun tibios,
sin caras, me duelen, masoquista de ellos siempre
 pulsando, latiendo llueven,
agua fría en el jardín aun verde.
 Que jardín tan callado solo se pasea Mozarth
de la lluvia que cae acompañado.
Que lejanos   y al mismo tiempo, que cercanos
Todos los recuerdos que mojados
Me acercan a tu casa.